Si hablamos del diseño de espacios y entornos, la arquitectura sensorial es aquella que trata de conmover todos los sentidos, contando una historia que transmite emociones a quienes visitan el edificio o construcción, yendo más allá de lo que se percibe por el sentido de la vista. Según esta definición y si la aplicamos al marketing, la arquitectura sensorial busca la construcción de una experiencia para tu cliente lo más completa posible.
Así, la venta de un producto se concibe como una experiencia amplia en la que las emociones cobran una importancia inusitada. Con frecuencia nos preguntamos cómo consiguen algunas marcas muy conocidas que sus productos tengan un impacto tan importante en el mercado: imaginad por ejemplo el caso de cierta marca muy conocida de smartphones, que cumplen la misma funcionalidad que otros de otras marcas y menor precio pero que tienen un público totalmente fiel.
El secreto de su éxito consiste en que han conseguido llegar a ellos a través de las emociones. Sus productos además de cubrir una necesidad práctica ofrecen la oportunidad de formar parte de una historia de éxito, precisión, filosofía de vida y diseño.
La arquitectura sensorial (la construcción de una experiencia para tu cliente) está muy relacionada con el marketing emocional que emplea esa marca y otras de reconocido éxito: hoy en día ya no se trata de conseguir un cliente satisfecho con una compra, sino que se trata de construir un vínculo entre público y marca que se base en una reacción emocional.
Marketing sensorial
Para lograr crear historias en las que se identifique un cliente y acceder así a sus emociones, las marcas se valen del marketing sensorial. Dentro de esta categoría de acciones de marketing caben todas las encaminadas a generar emociones y modificar conductas en el sujeto.
Para ello, se valen de estímulos dirigidos a diferentes sentidos. A través de ellos, se busca despertar sentimientos positivos que creen un vínculo con el producto, servicio o la propia marca. Los sentidos estimulan nuestros recuerdos, experiencias o nuestra imaginación y humanizan la relación con las marcas.
Con esta serie de estímulos, se está derribando la antigua concepción del marketing y el proceso de compra: al cliente le importan otras muchas cosas además del precio. Y más en un mercado interconectado donde la competencia es abundante: diferenciarse se hace imprescindible para las marcas.
A través de la estimulación de los sentidos estamos buscando provocar vivencias y sensaciones, que, junto con una imagen de marca bien definida, se encarguen de crear una huella en la memoria del consumidor que vaya acompañada de emociones positivas.
El sentido principal en esta construcción de sensaciones ha sido siempre el de la vista (y más ahora que nos encontramos inmersos en una revolución digital que comparte información sobre todo en formato vídeo). También el oído ha tenido su dosis de relevancia (después de todo, somos capaces de recordar muchas sintonías publicitarias).
Pero no somos capaces de recordar mucho de lo que vemos y oímos. Y sin embargo sí que podemos retener en nuestra memoria el 35% de lo que olemos, lo que hace que el olfato ocupe un lugar destacado dentro de las estrategias de marketing sensorial.
Arquitectura sensorial y marketing olfativo: la arquitectura sensorial olfativa
Así pues, disponemos de cinco sentidos que impactar en nuestros clientes, y uno de ellos está tan íntimamente conectado con la memoria que es capaz de hacernos evocar recuerdos y sensaciones que a su vez quedarán indeleblemente unidos a la imagen de nuestra marca. ¿Cómo construimos pues una adecuada arquitectura sensorial olfativa que rodee y haga despertar todo aquello que queremos evocar en nuestros compradores o usuarios?
El marketing olfativo nos debe dar la clave inicial: lo primero es escoger el aroma indicado. Uno que toque exactamente las teclas de la memoria que activarán sensaciones que queremos que sean relacionadas con nuestra marca.
Para ello nuestros expertos trabajarán codo con codo contigo en la búsqueda de la combinación de aromas que hable de tu marca, que sea su embajadora. O aquella que consiga crear el clima adecuado durante la estancia del visitante en tu establecimiento.
Después, la arquitectura sensorial olfativa se encargará de la parte física de la estrategia: a través de un diseño personalizado y la última tecnología en ambientación crearemos un entorno en nuestro establecimiento que impacte en el visitante y le conduzca, a través de su memoria olfativa, a través de una serie de emociones que queremos relacionar con nuestro negocio.
Con ello conseguiremos que las visitas a nuestro establecimiento generen más ventas, sean más prolongadas, permanezcan en la memoria del visitante y generen una visión positiva de nuestra marca. Con ello fortalecemos nuestro branding y conseguimos aumentar el número de visitas (el cliente repite). Y todo ello con un mantenimiento sencillo, ¿a qué esperas para hacerte un hueco en la memoria de quienes te visiten?
Sigue atento a nuestro blog y redes sociales para descubrir el poder de la arquitectura olfativa.