Empecemos por definir qué es una marca: el conjunto de percepciones que los demás, especialmente clientes y usuarios, tienen de tu negocio. Son muchos los aspectos que debes cuidar para que la imagen de tu empresa sea la adecuada (algunos son obvios, como el logo o la decoración de un establecimiento físico), pero algunos son muy sutiles (como los aromas) y trabajan directamente con el inconsciente: descubre cómo puede ayudarte el marketing olfativo, y crea una personalidad para tu marca.
La importancia de darle identidad a una marca
La importancia que se le da a la construcción de marca tiene que ver con que, cualquiera de las maneras en que se exprese (soporte gráfico, comunicación, aroma…), tiene que ser capaz de hacerse reconocible. En marketing, el branding es el proceso a través del cual se construye esa capacidad en una marca.
Y dentro de ese reconocimiento se tiene que incluir mucho más que un mero producto o servicio, debe poderse asociar mucho más sobre la empresa: calidad, fiabilidad, qué les hace distintos de los demás y un largo etc. (las marcas también pueden transmitir valores).
El branding y el olor de una marca
Así, construir una imagen de marca implica vigilar detalles muy variados. Incluiríamos -por citar algunas- la parte gráfica, el tono a través del cual se comunica, su servicio post venta y, por qué no, también un aroma propio y característico que la diferencie de las demás.
El branding bien trabajado puede representar una ventaja competitiva para un negocio frente a sus iguales en el mercado: puede ayudar a diferenciarse de los demás. Además, vincular una marca con atributos o valores que vayan más allá de cubrir una necesidad en el comprador o usuario puede hacer que la balanza se incline a su favor a la hora de ser elegida y que se construya una imagen positiva a su alrededor que sea su mejor embajadora.
Algunos de los objetivos del branding, sea cual sea el negocio al que se estén aplicando, son los siguientes:
- Hacer que la marca tenga personalidad propia, incluyendo valores.
- Hacer de la marca algo con lo que identificarnos: hay que dotarla de una cierta humanidad.
- Buscarle un lugar propio dentro del mercado desde donde sea visible, reconocible y accesible (posicionar).
¿Qué mejor que colaborar con estas tareas tan importantes a través del mecanismo evocador de un aroma?
El marketing olfativo como herramienta para la imagen de marca
El branding, pues, forma parte del grupo de tareas que los expertos en marketing deben llevar a cabo para una correcta construcción de la imagen de marca.
Para el marketing, el objetivo final es más amplio, es favorecer la comercialización de un producto o servicio. Para ello se plantean diferentes estrategias en multitud de canales y soportes.
Probablemente, la forma más sutil del marketing, de la que menos conciencia van a tener aquellos a las que sus acciones van dirigidas, es el marketing olfativo. Se basa en la utilización de un aroma o combinación de aromas capaces de evocar una serie de sensaciones o sentimientos en quienes están expuestos al mismo que sean positivas.
Al recibir el estímulo que desencadena la reacción positiva en el usuario o cliente, se vincula ese bienestar (o cualquier tipo de sensación que se pretenda evocar, como tranquilidad o energía) con la marca, de modo que se genera una buena opinión.
Pero además, el marketing olfativo trabaja con unos activos (los olores) que tienen la potencialidad de generar recuerdos mucho más difíciles de borrar que una imagen o una melodía. Y con ese potencial de fijación de recuerdos, fidelizar con una marca es una tarea mucho más fácil. También se puede aprovechar el poder de los aromas para crear sencillamente un clima apropiado para la compra o para prolongar la estancia en un establecimiento.
Como con todo lo demás que conforma una marca o su imagen, se ha de tener especial cuidado al elegir: lo mejor es dejarlo en manos expertas que además sepan escuchar y colaborar con el cliente para, juntos, encontrar el aroma o combinación de aromas perfecto.
En cuanto al branding olfativo, este deberá de cuidar que ese aroma escogido y que va a ser representativo y embajador de un negocio esté presente de manera que la vinculación con la imagen de marca sea completa y que sus connotaciones sean coherentes con lo que se quiere transmitir.
Esto puede parecer un obstáculo para ciertas empresas que están prescindiendo de los establecimientos físicos, como los e-commerce; pero incluso en el packaging se puede incluir un elemento aromatizador que despliegue ese aroma de marca positivo y reconocible al ser abierto.
Ejemplos de marketing olfativo: casos de éxito
Sin duda debes de estar repasando todos esos establecimientos cuyo olor recuerdas claramente y te sorprende positivamente al entrar, ¿verdad? Pues existen casos de éxito que demuestran la potencialidad del marketing olfativo para constituir una imagen de marca y conseguir fidelidad por parte de sus clientes y usuarios:
- Cadillac®, la firma estadounidense de automóviles de lujo, hace tiempo que decidió que el interior de sus coches iba a tener un aroma único que completaría la experiencia de su conducción.
- 7 Eleven, la cadena de supermercados, empezó a utilizar aromas a pan recién hecho para atraer clientes a sus establecimientos, lo que se tradujo en un aumento de las ventas.
- Dunkin Donuts utilizó aroma a café recién hecho en diversas líneas de autobuses en Corea del Sur. Mientras se dispersaba el aroma se emitía un anuncio de la marca y, con esta estrategia, se consiguieron mejores resultados en ventas ya que los expuestos a esa combinación de aroma y marca efectuaron más compras de lo habitual.